Corporación Chilena de la Madera CORMA, Sector Forestal Privado de Chile, Gremio
Plantaciones, Bosque Nativo, Aserraderos, Tableros y Chapas, Celulosa y Papel
Conservación Medio AmbienteReservas NaturalesChileRegión MetropolitanaSantiago
Anónimo Miércoles 8 de Agosto del año 2007 / 13:03

Quienes Somos

Misión y Estructura

La Corporación Chilena de la Madera, CORMA, es una asociación gremial que reúne a cerca de doscientas empresas, ejecutivos y profesionales relacionados con el sector forestal privado de Chile.

Fundada el 15 de abril de 1952, su misión es representar al sector forestal privado ante las autoridades, diversos organismos nacionales e internacionales y la opinión pública, así como promover y contribuir al desarrollo de la industria.

En esta asociación están representadas las principales empresas de celulosa y papel, de tableros y chapas, de aserrío, remanufactura y forestación, las que cubren el noventa por ciento de las exportaciones forestales de nuestro país y trabajan mancomunadamente con el propósito de incrementar las potencialidades de los recursos forestales y lograr un desarrollo armónico y sostenido de la industria, objetivo representado en el lema de la institución "Chile, País Forestal".

En los últimos años, CORMA ha prestado una especial atención a informar a la opinión pública acerca de la actividad forestal, educando a la ciudadanía sobre la significación económica, social y ambiental del desarrollo forestal chileno y se encarga de promover estudios e investigaciones con el fin de incrementar su conocimiento. Asimismo, se ha orientado a la participación en el análisis y definiciones de política forestal, así como en los temas ambientales, silvícolas, económicos e institucionales que afectan los intereses del sector.

A nivel interno, la CORMA es un ente de coordinación entre todos los actores asociados a la industria para la realización de actividades comunes, entre las cuales se cuentan la promoción del sector, el desarrollo social, ambiental y sostenible de la industria.

Estos propósitos se traducen en actividades y gestiones concretas, como por ejemplo, acciones orientadas a resolver problemas derivados del comercio de productos forestales en el mundo; participación activa en los planteamientos sectoriales para la firma de tratados de libre comercio; y en el ámbito fitosanitario, en el control y manejo de plagas que puedan afectar al sector.

En el aspecto medioambiental, CORMA difunde entre sus socios la certificación de manejo forestal sustentable a través de la coordinación de diversas actividades de información y promoción, como seminarios y reuniones de trabajo, así como entrega asesoría a las empresas que están interesadas a obtener la certificación.

Otro aspecto relevante en la actuación de la Institución es relacionar a los representantes de la industria forestal privada en Chile, tanto entre sí como con sus pares extranjeros. Con este motivo, cada dos años se realiza en el recinto ferial que la organización posee en la Octava Región la exposición Expocorma, una gran feria forestal internacional que se ha constituido en una gran vitrina del desarrollo forestal chileno y en un importante centro de negocios y encuentro de empresarios forestales y madereros en América Latina. También en esta instancia se promueve la cultura forestal, a través de la realización de los torneos madereros, un evento que reúne a los trabajadores de diversas empresas forestales en torno a diferentes competencias.

También se efectúa el Encuentro Internacional Forestal, Maderero, Celulosa y Papel, en el que participan destacados profesionales nacionales y extranjeros en múltiples seminarios que permiten conocer de primera fuente los temas que hoy están a la vanguardia en el mundo.

En lo que se refiere a su organización y funcionamiento, CORMA tiene una estructura nacional con sede en Santiago de Chile y cuatro sedes en el sur del país en las regiones del Maule (VII), del Bío- Bío (VIII), de La Araucanía (IX) y de Los Lagos (X).

La principal instancia de dirección es el Consejo Directivo Nacional, seguido por el Comité Ejecutivo, que resuelve todos los temas relacionados con el cumplimiento de los programas anuales y los objetivos de la Corporación, y la Mesa Directiva, responsable de la gestión institucional y formada por el presidente, vicepresidente y el vicepresidente ejecutivo de la Institución.

Una vez al año se lleva a cabo la Asamblea General de Socios, donde los miembros activos establecen las grandes orientaciones de la institución y se aprueba la gestión administrativa y presupuestaria.

De acuerdo a las distintas áreas de la actividad forestal, los asociados se agrupan en Departamentos que se reúnen en forma regular para analizar diferentes materias de interés:

Plantaciones

Bosque Nativo

Aserraderos

Tableros y Chapas

Celulosa y Papel

Industrias de Transformación Secundaria

Servicios y Transporte

Profesionales e Instituciones de Fomento y Desarrollo

Fibra y Biomasa

En el ámbito de la administración de la Corporación, CORMA está dirigida por un Vicepresidente Ejecutivo e integrada por diversos profesionales, entre los que figuran ingenieros forestales, periodistas, asesores jurídicos, contadores y administrativos, en su sede nacional y en las sedes regionales.

Historia

El 15 de abril de 1952 se creó la Corporación Chilena de la Madera (CORMA) como resultado de la aspiración de un grupo de forestadores y empresarios madereros por disponer de una asociación que representara sus intereses ante el país y las autoridades, y fuera una instancia efectiva para fomentar el desarrollo forestal de Chile y solucionar los problemas del sector.

A lo largo de este más de medio siglo, CORMA se ha convertido en un actor fundamental en el desarrollo y consolidación del sector forestal chileno. En sus inicios, consiguió importantes logros que representaban las preocupaciones de la época, como rebajar los impuestos, liberalizar los derechos de aduana y reducir el costo de los fletes, y también se abocó a tareas permanentes, como fomentar la forestación a nivel nacional y aunar a los productores madereros con el objeto de promover las exportaciones forestales, lo que en 1978 la llevó a obtener el premio Presidente de la República a la Exportación, por sus esfuerzos en pos de la comercialización de los productos chilenos derivados de la madera en el mundo.

Otra área en que ha participado activamente ha sido la legislativa, con el objeto de contar en el país con una legislación sectorial adecuada que propicie el desarrollo industrial de la actividad. Para ello, en 1964 se dio un primer paso al presentar al Gobierno de la época un Plan de Desarrollo Forestal que, aunque no fue aprobado, constituyó la base de lo que más tarde sería el hito de la historia forestal chilena: el Decreto Ley 701 de Fomento Forestal, en 1974 y en el que CORMA tuvo una participación decisiva.

Durante los años 70, la gestión fue orientada a la reestructuración del sistema portuario, cuya ineficiencia afectaba las exportaciones forestales. En 1979 se dio otro paso importante a favor del desarrollo del sector forestal al dictar la primera norma de calidad para la madera aserrada de pino radiata, a fin de facilitar su comercialización en el mercado externo.

En 1980, la Corporación Chilena de la Madera participó en la elaboración del reglamento del DL 701 de 1974 sobre Fomento Forestal, y en 1987 inauguró la primera versión de EXPOCORMA, feria forestal que se ha convertido en una importante unidad de negocios y punto de encuentro para los empresarios de Chile y América Latina.

Entre los aspectos más importantes en la historia reciente de la Corporación figura su participación en la formulación de la Ley de Bosque Nativo que aún se tramita en el Congreso y la moderación del debate con sectores ambientalistas en relación a objeciones que se hacen contra la actividad, las que a través del tiempo han paralizado importantes inversiones. Teniendo como objetivo desarrollar una actividad forestal sustentable y demostrarlo a la opinión pública, desde 1996 las empresas asociadas a CORMA aplican criterios e indicadores de manejo sustentable en su actividad, que establecen estándares con los cuales las compañías deben cumplir para comprobar a nivel internacional que manejan sus bosques en forma amigable con el medio ambiente.

Asímismo, CORMA ha propiciado la firma de numerosos acuerdos de producción limpia entre las empresas que conforman las diversas áreas productivas de la industria –celulosa y tableros, por ejemplo–, constituyendo el sector forestal el primer rubro productivo del país en asumir dicho compromiso ambiental. Asimismo, está fuertemente comprometida en otras iniciativas en pro del desarrollo del sector, como es la capacitación de los trabajadores forestales mediante otorgamiento de certificaciones de competencias laborales, y la decidida promoción de la forestación campesina a lo largo de Chile, en orden a aumentar el recurso forestal y contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes del país.

Sedes 

Región del Maule

Región del Bío Bío

Región de La Araucanía

Región de Los Ríos

  

CORMA tiene cuatro sedes en el sur del país, las que también se estructuran por departamentos y cuentan con la activa participación de empresas socias de cada zona. 

  

MEDIOAMBIENTE / Gestión Sector Privado 

La Corporación Chilena de la Madera reúne entre sus socios a empresas forestales que representan alrededor del 85% del total de la producción del país, las que están comprometidas con el desarrollo sustentable, principalmente en aquellas regiones donde se encuentra su actividad productiva y en las que contribuyen en diversos ámbitos como la educación, medioambiente y responsabilidad social empresarial.

En el aspecto medioambiental, una importante labor se ha desarrollado para promover la certificación forestal del sector, especialmente apoyando a los medianos y pequeños propietarios para que logren las condiciones para certificar sus procesos, lo que les permitirá demostrar que su madera se obtiene en un proceso sustentable y obtener un mejor precio en su comercialización.

Asimismo, esta preocupación permanente para que la industria logre estándares internacionales de certificación y de sustentabilidad, se tradujo en un esfuerzo de diversas instituciones públicas, de investigación y privadas en la implementación de un sello de manejo forestal sustentable desarrollado en Chile, pero reconocido internacionalmente. Hoy más de 1,1 millones de hectáreas están certificadas, lo que demuestra su sustentabilidad ante los mercados internacionales.

En este mismo sentido, se ha impulsado la firma de convenios de producción limpia por parte de las empresas, de forma que otras áreas de la industria logren procesos sustentables. El sector forestal fue el primero en firmar un Acuerdo de Producción Limpia en el ámbito de la celulosa en el país, al que se suscribió una segunda versión del acuerdo para la industria de aserraderos y remanufacturas que representa el 90% de la producción de maderas a nivel nacional y se firmó recientemente un convenio para las industrias de papel periódico. Próximamamrente se hará lo mismo con las industrias de tableros y chapas.

En términos generales, estos compromisos apuntan a implementar medidas para adecuar con rigurosidad el funcionamiento de las empresas a la legislación medio ambiental vigente, e incluso establecer programas de mejoramiento continuo que van más allá de lo que plantea la ley.

Sin embargo, la preocupación ambiental del sector forestal privado a nivel gremial se remonta a más de una década, lo que se concretó con la publicación del Código de Prácticas Forestales en 1997, que analiza y recomienda diversos conceptos, prácticas y procedimientos para la buena marcha de la actividad forestal en aspectos técnicos, ambientales y sociales, relacionados con las faenas de cosecha, construcción de caminos forestales, protección contra incendios, campamentos y transporte de trabajadores, entre otras materias.

El documento fue elaborado por el Ministerio del Trabajo, las Confederaciones de Sindicatos de Trabajadores Forestales y por la Corporación Chilena de la Madera, con la asistencia técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En 1998 diversas empresas forestales firmaron la declaración de valores ambientales, en la que se comprometieron a tratar responsablemente los recursos naturales, previniendo y mitigando los posibles impactos negativos mediante el uso de tecnologías apropiadas y económicamente viables. Este documento fue pionero dentro del sector empresarial chileno.

En el año 2003, 16 empresas forestales adhirieron un Convenio de Cooperación Ambiental con CONAMA, que consiste de trabajar en forma coordinada en la protección de la biodiversidad en el patrimonio de los recursos naturales renovables distribuidos entre la Séptima y Décima regiones, lo que significa difundir el manejo forestal sustentable de los bosques plantados y del bosque nativo y desarrollar actividades en áreas ambientales de interés común.

En este marco, se llevan a cabo planes específicos de conservación de especies, como por ejemplo del pitao, ruil y queules, huillín, carpintero negro y del pudú, los que se ejecutan con la colaboración de empresas y universidades. También se realizan prospecciones para determinar la presencia de especies en peligro de flora y fauna, marcación de éstas con sistema de GPS y capacitación del personal para su reconocimiento y manejo, así como investigación en bosque nativo, entre otras actividades.

Además, diversas empresas forestales han abierto parques privados para uso recreativo, habilitado senderos interpretativos, viveros educacionales en que se producen plantas nativas para la comunidad y para protección, y áreas de observación de flora y fauna silvestre, así como se llevan a cabo diferentes investigaciones lideradas por distintas Universidades. 

Certificación Forestal 

La certificación forestal es una herramienta internacional a la que adscriben voluntariamente las empresas forestales con el objetivo de demostrar que sus prácticas son sustentables y que su accionar no causa un daño al medioambiente, de forma de garantizar a los consumidores de madera y productos derivados del bosque la buena práctica de la actividad.

La tendencia de certificar ambientalmente los procesos y productos, surgió de la Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro, Brasil, en el año 1992, oportunidad en que los países se comprometieron con el gran objetivo del Desarrollo Sustentable. Entre las iniciativas intergubernamentales que promueven el desarrollo de estos criterios e indicadores se encuentra el Proceso de Montreal, en el cual Chile participa formalmente desde sus inicios, compartiendo con el resto de los países integrantes el interés por reconocer, en todos los niveles, la importancia de la conservación y manejo sustentable de todos los tipos de bosques.

Actualmente, algunas de las certificaciones más conocidas a nivel mundial son ISO 14.001, Forest Stewardship Council o FSC, y el PEFC.

La norma ISO es un sistema de gestión ambiental que exige básicamente que la empresa cumpla con la legislación vigente y tenga un plan de mejoramiento continuo en materias ambientales dentro de sus actividades y fue la primera a la que adscribieron las empresas forestales chilenas. Hoy, el 60% del total de la superficie plantada en el país está certificada con esa norma y se continúa promoviendo que nuevas empresas se incorporen a esta iniciativa, especialmente los pequeños y medianos propietarios forestales.

Adicionalmente en Chile se desarrolló el estándar de manejo forestal sustentable Certfor, el que cuenta con reconocimiento internacional PEFC y es el que CORMA promueve entre sus asociados, ya que recoge la experiencia pública y privada acumulada durante muchos años en el país en materia ambiental. La norma se estructuró sobre la base de un consejo superior, en el que participan destacados científicos y personeros del ámbito público, y un consejo técnico, que reúne a representantes de las diversas partes interesadas. Actualmente Certfor ha presentado a consulta pública un estándar de manejo para el bosque nativo.

Un segundo paso en la certificación fue el desarrollo de la cadena de custodia, que consiste en el seguimiento del proceso de elaboración de los productos forestales, de forma de garantizar que estos cumplen las características de calidad medioambientales.

Uno de los requisitos claves de este proceso es que durante toda la cadena productiva, la madera certificada esté claramente diferenciada del resto. Desde las plantaciones al aserradero, y luego en el transporte, en la fabricación y en la distribución, la distinción debe mantenerse. Así, cuando el consumidor adquiera el producto final, la etiqueta que éste presente garantizará realmente que el origen de esa madera está certificada.

El sello con mayor superficie certificada en el mundo es PEFC con 187 millones de hectáreas en 19 países. En tanto en Chile,  Certfor tiene alrededor de 1,6 millones de hectáreas totales y 15 empresas adscritas;  ISO 14.001 cuenta con 1,2 millones de hectáreas y 17 empresas y  FSC con 422 mil hectáreas de 15 empresas y otras 26 con certificación de la cadena de custodia.

No obstante las cifras, la certificación de manejo forestal sustentable en la actualidad no cubre más del 2% de los bosques del mundo y representa menos del 10% de la madera que se transa. 

SISTEMA ACUERDO DE PRODUCCIÓN LIMPIA

CORMA del Bío- Bío, asumió un rol activo en la promoción y ejecución de las acciones comprometidas con el área medioambiental, impulsando esta práctica a través del desarrollo de Acuerdos de Producción Limpia (APL).

En base a las nuevas políticas ambientales de la industria de la celulosa, durante el primer semestre del 2006 se proyecta firmar un nuevo acuerdo, que complemente el concretado en 1999, que incorporó seis plantas entre la VII y VIII regiones.

Por su parte, las 36 plantas de aserraderos y remanufacturas de la Octava Región que firmaron el APL realizaron durante el 2005 su primera auditoria. Por otra parte, el Proyecto APL de la Industria del Papel actualmente se encuentra en la fase final de negociaciones con los respectivos servicios públicos fiscalizadores y se proyecta su firma para el 17 de enero del 2006.

Las materias abordadas son las relacionadas con residuos industriales sólidos, residuos industriales líquidos, uso eficiente del recurso agua, emisiones gaseosas, uso eficiente de energía, seguridad y salud ocupacional. En la Octava Región están suscritas tres empresas con una capacidad instalada de 367 toneladas/año.

Con respecto al Proyecto Acuerdo de Producción Limpia de la Industria de Tableros y Chapas, actualmente se encuentra en proceso de revisión por parte del Consejo Nacional de Producción Limpia del Diagnóstico Ambiental y Propuesta APL.

Las materias abordadas en este caso están relacionadas con los residuos industriales sólidos, residuos industriales líquidos, uso eficiente del recurso agua, eficiencia energética, emisiones aéreas. En la VIII Región están suscritas siete empresas con 16 plantas, con una capacidad instalada de 2.252 mm3/año.

Este Sistema permite acceder a las empresas e industrias del sector que se acogieron a los Acuerdos revisar el estado de avance de su gestión y compararlos con el promedio de las otras empresas e industrias integrantes de estos protocolos.

Incendios Forestales 

Los incendios forestales son una de las principales amenazas para el recurso forestal, sea éste nativo o plantaciones, ya que el fuego no respeta especies, propiedades y no sólo pone en riesgo dicho recurso, sino que los bienes y la vida de las personas que se encuentran en la zona afectada por un incendio.

Los incendios forestales causan cada año millonarias pérdidas no sólo a las empresas forestales, sino que también a cientos de pequeños propietarios que no disponen de los medios técnicos y económicos para protegerse del fuego. En las últimas diez temporadas han ocurrido cerca de 6 mil incendios en promedio al año, afectando más de 50 mil hectáreas. Las pérdidas económicas directas llegan a US$ 50 millones por temporada, también en promedio.

Asimismo, generan un importante daño ambiental que puede afectar al patrimonio del país, como sucedió con el incendio que hace un par de años afectó al Parque Nacional Torres del Paine, donde miles de hectáreas resultaron dañadas.

En Chile no se producen incendios naturales, sino que son responsabilidad del hombre, ya sea por descuido, desconocimiento o por intencionalidad.

A nivel del país, el área vulnerable de sufrir daño por incendios forestales asciende a 40 millones de hectáreas, lo que equivale al 53 % de la superficie nacional. De éstas alrededor de 2 millones pertenecen a las empresas forestales, 6 millones al Estado y 32 millones a pequeños y medianos propietarios.

La fiscalización en el uso del fuego es de responsabilidad del Estado, a través de la Corporación Nacional Forestal, CONAF, pero en la prevención de los incendios forestales hay una serie actores que están involucrados, como son los propietarios de bosques, las empresas forestales, municipalidades, juntas de vecinos, escuelas y otros.

Gran parte de los incendios forestales son combatidos por quienes no los causaron, como les sucede a las empresas forestales, ya que de no hacerlo, se corre el riesgo de que el siniestro ocurrido en un predio vecino quede sin control y dañe una gran superficie.

En la actualidad, las principales empresas forestales invierten alrededor US$ 20 millones al año en prevención y combate de incendios forestales, para proteger cerca de 2 millones de hectáreas entre plantaciones propias y terrenos adyacentes a sus predios, mientras que los recursos del Estado, a través de la Corporación Nacional Forestal, sólo ascienden a US$ 8 millones al año para cubrir 38 millones de hectáreas, las que pertenecen mayoritariamente a pequeños y medianos propietarios (86%). Esta cifra es insuficiente para realizar las actividades de combate y control de los incendios forestales, lo que afecta también el desarrollo de las actividades de prevención.

El énfasis en la temática de los incendios forestales debe estar en su prevención. Por esta razón CORMA desarrolla desde hace varios años un programa permanente orientado a sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de este tema, realizando campañas con la comunidad entre la Séptima y Décima regiones.

Contacto:

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