Futuro de los Envíos de Carne bovina
Chile Puede Comprar Carne Barata y Vender Carne Cara a Europa y Estados Unidos
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Anónimo Lunes 3 de Septiembre del año 2007 / 17:54

Futuro de los envíos de Carne bovina 

¿Despegue o letargo? 

  

La única forma de sustentar mayores precios de la carne es con exportaciones. Para eso es esencial una alianza entre plantas y productores. Jorge Quiroz, economista

Diez años atrás, cuando en el contexto de un estudio para la SNA señalé que Chile podía convertirse en exportador de carne de vacuno, hubo muchos agoreros que argumentaron en sentido contrario: '¿Cómo puede ser eso de exportar sin suficiente masa ganadera?". El tiempo ha probado que la visión exportadora es posible: Chile puede comprar carne barata desde países vecinos y vender carne cara a Europa y Estados Unidos.

No necesariamente las exportaciones pasan por "aumentar la masa".

Pero luego, cuando las exportaciones finalmente arrancaron, en 2002, algunos pensaron que estábamos al borde de un "aumento explosivo" de exportaciones y, por supuesto, también del precio a productor.

Lo ocurrido después ha demostrado que la realidad exportadora es más difícil de lo que parecía: de los US$ 54 millones en envíos de 2005 se bajó a sólo US$ 26,7 millones en 2006. Si bien en ese mismo período el precio a productor subió de US$ 0,86 por kg vivo, al comenzar 2005 hasta los US$ 1,18 por kg vivo actuales, dicho aumento palidece al lado de las alternativas que hoy tienen los suelos para engorda del sur.

Sólo a modo ilustrativo, es altamente probable que el trigo alcance los $17.500 el quintal en la próxima cosecha, y la leche, si bien podrá experimentar la usual estacionalidad de verano, un promedio en torno a los $200 el litro parece firme hasta ahora. Así las cosas, muchos engorderos están seriamente pensando en cambiarse de rubro.

Entretanto, la masa ganadera continúa su tendencia estructural a la baja, de donde se deduce que el negocio de la cría no está particularmente atractivo. En contraste con ello, si hace cinco años no había planta frigorífica en Chile calificada para exportar, hoy hay tres autorizadas para EE.UU. o Europa y al menos dos más en camino. Todo indica que empiezan a sobrar plantas y a faltar animales. Como se ve, los síntomas son mezclados.

¿Aurora o crepúsculo?

Como punto de partida se debe señalar que el mercado internacional de la carne bovina no sólo es segmentado –circuito aftósico y no aftósico– sino altamente estrecho. Es más bien una colección de pequeños mercados.

A modo de comparación, mientras en el mercado de la carne bovina se transa el 3% de la producción mundial total, en leche, que siempre se ha considerado también un mercado estrecho, se transa cerca del 9%, y en trigo, la cifra alcanza al 19%. Pero la situación es aún más compleja si se tiene en cuenta que de los 3 puntos porcentuales que se comercializan en el mundo de la carne bovina, la mitad de ellos corresponde a comercio al interior de la propia Comunidad Europea.

Siendo este mercado pequeño y segmentado, y teniendo el ganado de carne una multiplicidad de productos - en contraste con el pollo y en menor medida el cerdo- la compensación óptima del animal pasa a ser un arte.

De un novillo vivo de 450 kg salen aproximadamente 3,85 kg de filete. Vendidos el año pasado en el mercado doméstico, al por mayor, generaron un ingreso de algo más de 15 dólares por animal. En México, en cambio, fueron US$ 27, pero en Europa más de US$ 35. El lomo liso - 8,5 kg por animal- en Chile dio menos de US$ 37, pero en EE.UU. sumó más de US$ 56 y en Europa, casi US$ 80. La lengua –2 kg por animal– vendida en México generó US$ 10,6, pero transada en Japón alcanzó casi los US$ 18,6.

Si hacemos un análisis teórico de "compensación óptima", seleccionando cinco partes del animal –filete, lomo liso, lomo veteado, asiento sobrecostilla y lengua– un animal "bien vendido" obtuvo US$ 126 más que uno mal vendido. La diferencia no es menor: llevado a kilo vivo, ese animal podría aspirar a US$ 0,28 más, lo que, a los precios actuales, es casi 25% más que el promedio del novillo gordo. Por cierto, los animales que van a uno y otro mercado no son los mismos, y no siempre es posible colocar todo lo que quisiéramos en mercados de alto precio. Con todo, el punto sigue siendo válido: la capacidad de colocar óptimamente las distintas partes del animal en diversos mercados es la clave de la generación de valor en el sector: es "la primera línea del negocio".

En este punto, Chile sigue teniendo insuperables ventajas respecto de Argentina y Brasil: su estatus sanitario y los acuerdos de libre comercio permiten aspirar a una primera línea del negocio mucho más alta. Para lograr ello, de modo sustentable, el desarrollo exportador es clave.

Lo último reviste especial interés a la luz de lo ocurrido en los últimos años.

Partiendo de 2003, si comparamos los precios de importación de carne a Chile con los precios de importación de EE.UU., a los cuales nuestro país ganó acceso libre de aranceles, la diferencia entre ambos alcanzó casi a US$ 1.000 por tonelada. Ello abrió oportunidades: precios bajos del animal en Chile - influenciados por los bajos precios de importación- y precios altos en destinos como Estados Unidos, indujeron un movimiento exportador. La cima se alcanzó en 2005. Pero luego, con el cierre de las importaciones desde Brasil, y con las propias restricciones que impuso Argentina a sus exportaciones, el costo de importar en Chile se disparó y se equiparó con el costo de importar de Estados Unidos. Con eso, la oportunidad exportadora menguó y las exportaciones cayeron. En el ínterin, los precios del novillo subieron. Pero no debemos engañarnos: tan pronto las restricciones se relajen van a volver a caer.

Consecuentemente, la única forma de sustentar mayores precios de la carne es desarrollando las exportaciones con una estrategia de largo plazo. Los vaivenes del último tiempo, y su consecuencia sobre el productor –¿para qué desarrollo un Pabco si voy a obtener el mismo precio en el mercado interno?– no son un buen aliciente para la tarea por delante. Y claramente, no se desarrolla un mercado exportando un año y suspendiendo los envíos el próximo. En un mercado segmentado y pequeño como éste, el desarrollo de canales estables de comercialización es esencial.

Eso lleva al último tema: la relación entre las plantas y los productores.

Con poca masa ganadera y ya varias plantas habilitadas parece esencial una alianza estratégica entre plantas y productores con miras a reducir costos unitarios y aprovechar economías de escala.

Dicha alianza debiera considerar especialmente la incorporación de grupos de productores que miren a largo plazo y estén dispuestos a desarrollar los productos que los mercados de mayor valor requieran. Agreguemos a ellos otros objetivos comunes, como la necesidad de ampliar la cuota en Europa, que debiera ser posible.

En la medida en que se den dichos pasos podremos consolidar una posición exportadora que permita mantener los precios del animal en niveles iguales o incluso algo superiores a los actuales, sin que ello dependa de si Brasil puede o no vender carne en Chile o de las veleidades de la política trasandina. No será un nuevo rubro exportador como el cerdo o el salmón, pero sí un negocio sustentable y rentable para quienes tengan el valor de emprender y la apertura de mente para formar las alianzas que se requieran.

¿"Despegue" o "letargo"?, la decisión, entonces, es de todos nosotros.



En Seragro todos pueden publicar. tomar precauciones basicas de seguridad para evitar estafas.



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