Revolución del Aceite de Oliva Chileno
Lograr que Chile se Asocie a Calidad Premium en los Consumidores, Variedades
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Anónimo Jueves 13 de Septiembre del año 2007 / 10:52

El segundo salto del aceite de oliva 

 

  

Tras un impetuoso comienzo, la industria apunta sus prioridades: crear una marca ligada a altos precios, insistir en la calidad y aumentar la oferta.

Oro verde o la nueva estrella de las exportaciones agrícolas. Adjetivos no faltan para calificar la fiebre que existe hoy en Chile por el aceite de oliva.

Sólo en tres años, los embarques han crecido once veces, las plantaciones ya llegan a 9 mil hectáreas y abarcan cinco regiones del país. Un crecimiento explosivo desde 2003 a la fecha. En ese año, cuando el aceite de oliva local recién comenzaba a hacerse notar, se exportaron tímidas 53 toneladas que entregaron 158.000 dólares. El año pasado cerró con 356 toneladas, equivalentes a US$ 1,9 millón.

Un salto como no se veía desde que el arándano o los paltos comenzaron a meter ruido en la canasta exportadora agrícola.

Pero parece que no hay murallas que impidan seguir creciendo. La demanda para este milenario negocio, que es la llave central de la dieta mediterránea tan en boga hoy en el mundo, no para.

El recorrido en el que paso a paso los aceites chilenos se han ganado un nombre internacional incluye nuevos blends y suma de variedades. La calidad es un must reconocido por el creciente número de medallas internacionales que cuelgan de las botellas de diversos tamaños y cada vez hay más marcas. Y esta efervescencia del sector ya la registran inversionistas extranjeros, como los españoles Detea, y nacionales, como Alfonso Swett, que se instalan con enormes superficies en el país.

Así, Chile ahora se prepara para el gran segundo salto de este producto. A medida que aumenta la superficie y se consolidan los nuevos productos, surgen también nuevos desafíos que permitan consolidar la posición alcanzada y avanzar aún más.

Los temas por delante, dicen los expertos, son la creación y consolidación de la marca Chile en aceite de oliva, también se necesita aumentar la producción para ser alguien de peso en el mundo. Todo sin abandonar la calidad que destaca al producto y que ha sido su mayor ventaja hasta hoy.

Los retos inmediatos

Los productores saben que el aceite extra virgen chileno cumple con todos los requisitos para estar en las grandes ligas.

Sabor, olor, color, acidez de los óleos chilenos son los que piden en el exterior. Esta condición de calidad premium implica una valoración de cata igual o superior a 6,5 puntos (de 10 jueces, ese número por lo menos debe aprobar el aceite) y contar con una acidez máxima de 0,8%. Chile no supera el 0,2%.

Para Ronald Ivanschitz, gerente general de Huaquén, la mayoría de los productores de aceite de oliva trabaja para mantener una calidad constante.

Porque no bastan las condiciones naturales para obtenerla. Al igual que en el vino, el proceso es esencial para conseguir un óleo óptimo. Parte importante en esta etapa es la rapidez con que se pasa de la cosecha a la producción: no deben transcurrir más de 24 horas si no el aceite se oxida y pierde parte de sus propiedades.

Los productores tienen claro que si quieren caminar al futuro deben mantener y mejorar esas condiciones, pues son las que permitirán entrar a mercados más exigentes, que son los que pagan más caro.

"Aspiramos a altísima calidad para pelear con las mayores marcas del mundo", afirma Alfredo Schiappacasse, de Terramater.

También saben que para que el aceite de oliva chileno de un nuevo salto, es esencial que esté respaldado por una marca: es decir, que Chile se asocie automáticamente con calidad premium en la mente de los consumidores y se le vincule con un producto de excelencia, dice Arturo Leiva, presidente ejecutivo de Chile Oliva.

"Estamos apuntando a nichos de mercado, principalmente de estratos altos, donde la calidad se paga. Por eso debemos lograr que cuando se hable de aceite de oliva de Chile se asocie a calidad premium", argumenta Leiva pensando tanto en el mercado local como el internacional.

Es lo que finalmente permitirá acceder a los rangos de mayor valor y hacer lo que hacen algunas empresas, como San Pietro, que pretenden estar en tiendas gourmet que prestigien la marca.

"Como productores no debemos cometer el error del vino, de quedarnos con el estigma del producto bueno y barato", señala Ronald Ivanschitz.

Mayor presencia

Dentro de los próximos pasos no se puede obviar, por supuesto, la conquista de nuevos mercados. Los productores nacionales tienen puesto el ojo ya en sus próximos destinos: Estados Unidos, Brasil y Japón, naciones a las que están apuntando los productores nacionales.

Y son atractivos. Basta saber, por ejemplo, que en Brasil el consumo de aceite de oliva recién comienza a ganar espacios y con mucha fuerza: en los últimos años creció en ¡1900%!

Pero para poder cumplir con ese sueño es vital aumentar la producción, pues será lo que sustente todo el trabajo anterior.

Elvio Olave, productor nacional y uno de los fundadores de Chile Oliva, señala que "para tener presencia en el mercado internacional es necesario contar con una buena masa crítica. En Chile todavía es baja, pero para allá vamos".

Según el Ministerio de Agricultura, en 2030 Chile llegará a 100.000 há plantadas, lo que posibilitará que se convierta en un actor importante en el hemisferio sur. Pero es necesario hacerlo con las condiciones tecnológicas y variedades que exigen los mercados. Porque no hay que olvidar que el aceite de oliva, es un símil del vino, con distintas variedades. Y al igual que en ellos, el consumidor es el que define qué es lo que manda.

Producción en alza

En Chile, la mayor superficie de olivo aceitero se ubica entre la III y VII Región. La inversión total supera los 120 millones de dólares y para el 2007 se estima una producción de 2.000 toneladas de aceite extra virgen.

Según cifras de Odepa, del total de hectáreas plantadas en Chile, cercanas a las 9.000, unas 5.000 ya comienzan a producir o están en plena producción. A diferencia de lo sucedido hace más de una década, cuando la mayor proporción de las olivas cosechadas se dedicaba a la elaboración de aceitunas de mesa, en la actualidad el 53% de ellas se destina a la fabricación de aceites de oliva.

Los principales países de destino fueron Estados Unidos (37,4%), España (9,3%), Venezuela (8,6%), Italia (8,4%) y Sudáfrica (7,3%).

Una nueva ley

Un nuevo elemento favorable para el crecimiento del sector es el reciente patrocinio público del Ministerio de Agricultura para enviar al Congreso un proyecto de ley sobre elaboración y comercialización de aceites de oliva que, entre otros beneficios, protegerá a la industria de prácticas nocivas como la triangulación y establecerá zonas con denominación de origen.

Toda esta organización resulta relevante si se considera que la producción chilena no recibe subsidios, a diferencia de los que entrega la Unión Europea a sus productores o los de Argentina, que cuenta nada menos que con 100.000 há plantadas, gracias a similares regalías.

El problema es que la Unión Europea exporta a Chile su aceite de oliva sin ningún gravamen, mientras que los envíos nacionales deben pagar 1,2 euro por kilo.

Los decanos

Cánepa es una de las marcas veteranas. En Sagrada Familia, VII Región, TerraMater cuenta con 200 hectáreas. Alfredo Schiappacasse, director ejecutivo, resalta como motivo de orgullo que con Petralia ganaron el Sol de Oro en Verona, Italia, en 2006. "Ganar este premio es una muestra de que en Chile se hace buen aceite de oliva. Somos tan chicos que para que nos vean debemos aspirar a la altísima calidad", destaca.

Agrícola Valle Grande, de Elvio Olave, cuenta con 220 há entre Isla de Maipo y Melipilla. Hoy el 70% de sus productos son orgánicos. Se inició en 1999 y ya piensa en crecer al doble o más. Entusiasta participante de las actividades gremiales, Olave hace un llamado a las autoridades para que intensifiquen sus esfuerzos en la imagen país, lo que apoyaría el crecimiento de las exportaciones de la industria.

Kardámili y Mestre, de la empresa Valle Arriba están posicionadas en el mercado interno. Tiene 450 há repartidas entre Ovalle y Pelequén. Según Juan Eduardo Aguirre, gerente de ventas, la empresa espera de aquí a dos años contar con más de 1.000 há. "El consumo per cápita de aceite de oliva en Chile ha crecido de 80 a200 gramos, pero aún es bajo. Hay que enseñar al consumidor que también se puede cocinar con este aceite, ya que conserva sus propiedades hasta los 240 grados".

Los emergentes

Agroindustrial Huaquén, declarado 100% orgánico, comercializa San Pietro y Olio Verde. Ronald Ivanschitz, gerente general, explica que en las 310 há ubicadas en La Ligua, la producción se realiza bajo los parámetros del Institute of Marketecology de Suiza.

Olivares de Quepu cuenta con 1.000 há en Pencahue. Patricio Silva gerente comercial, explica que en 2009 producirá más de un millón de litros para sus dos marcas: Oro Maule, que es un blend, y 1942, monovarietal de picual, arbequina y frantoio. "Contamos con reconocimientos internacional y tecnología de punta. Además estamos certificados Kosher, característica apreciada por el mercado externo", puntualiza.

Inversiones Monte Los Olivos, de Melipilla, está en su segundo año de producción y espera llegar en 2009 a500.000 litros, señala Manuel Urmeneta, gerente comercial. Con una inversión de US$ 12 millones, entraron al mercado con la marca Monteolivo.

Agrícola Valle Quilimarí se enfoca al mercado gourmet. Patricia Bottger, gerente general, señala que "si bien somos chicos, hemos logrado reconocimiento internacional". En 1998 se inició el proyecto en Los Cóndores, Los Vilos. Tiene 40 há plantadas y una producción de 50 mil litros, que esperan doblar. Los planes son expandir las plantaciones a 200 há . Desde este año exportan a EE.UU

Lo más nuevo

En el valle de Marchihue están las 1.000 hectáreas de Olisur, cuyo presidente es Alfonso Swett hijo. Según explica Tomás Eguiguren, gerente agrícola, este proyecto es único en su tipo y superficie, ya que se basa en una plantación superintensiva. "A diferencia de la tradicional, de 150 a 400 plantas por hectárea, nosotros tenemos entre 1.700 y 2.000, lo mismo que una viña", explica. Gracias a eso, la cosecha será mecanizada. Este año se cumple la última etapa del proyecto para contar con los primeros aceites en 2008. El grupo español Detea adquirió 780 hectáreas en Lolol y aspira a completar 5 mil, destinados a la producción local de aceite de oliva para complementar sus producciones en otros países.

Jimena Azócar.



En Seragro todos pueden publicar. tomar precauciones basicas de seguridad para evitar estafas.

 1..1 de 1 Opiniones

  1. Tomás » tomorohotmail.com0:43 Horas, 25/5/2011


    Compre un aceite tan exquisito Chileno la marca era HUASCO, de verdad eran tan bueno que se podia comer puro solo con pan; fue tan impresionate el sabor que me sentia orguloso de ser chileno; sin embargo,luego lo encargue y la msima marca del mismo tamaño, el sabor era insoportable, pero yo digo las ventas son tan salvajes que no se preocupan de la calidad o solo Uds. se preocupan de la primera produccion y las siguietes solo el dinero de la productibidad?


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