Acuicultura en Chile, Cultivo de Catfish, Crianza de Rana Chilena, Smolts
Producción de Smolts de Salmón para Salar, en la VI y VII Regiones de Chile
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Anónimo Viernes 29 de Junio del año 2007 / 11:57

Acuicultura en la VI y VII Regiones: Despertando del letargo

 

 Aunque hasta ahora la actividad de cultivo de peces, moluscos y algas en ambas regiones ha sido más bien marginal y con bajo perfil de desarrollo, sí está considerada como una de las alternativas económicas interesantes para el futuro, sobre todo una vez que se hayan aprobado las áreas apropiadas para el ejercicio de la acuicultura.Tanto la Región del Libertador Bernardo O’Higgins como la del Maule, VI y VII Regiones, respectivamente, han tenido una vocación agrícola, prácticamente desde que llegaron los conquistadores españoles a nuestro país. 

 

Cereales como el trigo, el forraje y algunas leguminosas, le dieron paso al cultivo de frutas y hortalizas, en especial perales y manzanos, que son en la actualidad los principales frutos de la agricultura. La excepción la constituye la minería del cobre con el yacimiento "El Teniente", ubicado en la VI Región, el cual es considerado el segundo más importante a escala nacional.

 

No obstante, como ocurre en todo el país, siempre ha habido interesados en iniciar nuevas actividades que potencien poco a poco el desarrollo regional. Entre éstas está la acuicultura, cuyos inicios se remontan, escasamente, a la década de los 70.

La historia de la acuicultura en estas dos regiones no ha transitado justamente un terreno pavimentado y sin curvas. Por el contrario, son varios los proyectos que una vez iniciados, tuvieron que detenerse debido a una serie de problemas no previstos. Un ejemplo lo constituye el cultivo del choro zapato, en la laguna Cahuil, comuna de Pichilemu, VI Región, entre los años 1979 y 1984. "A pesar de que existían tres autorizaciones de por medio, no se pudo preveer las crecidas de la laguna, ni se diseñaron sistemas compatibles con el ambiente, por lo que los bancos creados artificialmente como los sistemas de cultivo, fueron destrozados por los troncos que arrastró la corriente", comenta Sergio Cortés, director regional del Servicio Nacional de Pesca, Sernapesca, de la VI Región.

Si bien no todos los proyectos han terminado de esta forma, lo cierto es que todavía la acuicultura no ha logrado instalarse con una actividad plenamente desarrollada. No obstante, durante los últimos años la realización de diversos estudios, el creciente interés por parte de las autoridades por incorporarla en los planes de desarrollo regional, sumado a algunas iniciativas privadas y de organismos como Fundación Chile, están haciendo que esta actividad despierte de su letargo y comience a caminar en serio.

 

 

 Problemas en el camino

Si bien la acuicultura tiene un interesante potencial de crecimiento en ambas regiones, lo cierto es que en la actualidad en la VI Región no existe ningún cultivo en pleno funcionamiento, en tanto que en la VII sólo dos han tenido resultados exitosos.

De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Fomento Pesquero, Ifop, la Intendencia y la Secretaría Regional de Planificación y Coordinación, en 1988, la costa de la VI Región es más bien escarpada, regular, carente de bahías naturales abrigadas y directamente expuesta al fuerte oleaje oceánico. Algo parecido ocurre en la VII Región. Esto hace que sea muy difícil que se pueda desarrollar algún tipo de cultivo en el mar, ya que al estar muy expuestos, estarían a merced de las condiciones climáticas con todas sus desventajas.

Por otro lado, los cuerpos de agua dulce se caracterizan por tener temperaturas más bien bajas, producto de su origen cordillerano y precordillerano. Los ríos, en general, se precipitan al mar, recorriendo cortas distancias, lo que hace que mantengan su temperatura en la mayor parte de su curso.

 

"Hoy en día, una piscicultura es un negocio de volumen y para ello se requieren condiciones ambientales de temperatura y caudal, lo que no siempre es fácil de congeniar en esta zona. Por otro lado, mantener a los peces en estanques requiere de una alta inversión, lo que a su vez limita el crecimiento. En el caso del cultivo de "smolts" de salmón hay que considerar, además, el transporte. Por lo tanto, el desarrollo de este tipo de acuicultura va de la mano con el grado de ocupación de las aguas en la X Región. A medida que los espacios se restrinjan, es indudable que esta zona comenzará a potenciarse", explica Cristián Jélvez, jefe de nuevos proyectos de Fundación Chile.

Según los registros de la Dirección Regional de Sernapesca de la VI Región, no sólo fracasó el cultivo del choro zapato en la laguna Cahuil. Iniciativas recientes para cultivar alga Gracilaria en esta misma laguna y trucha arco iris en la desembocadura del río Rapel, han chocado con problemas para obtener sus respectivos permisos de operación y fueron abortadas. La única que podría tener un resultado positivo es la reciente liberación de una cantidad importante de juveniles de trucha arco iris en una propiedad privada en la zona de Los Lingues, comuna de San Fernando. "No obstante, obedece más a un repoblamiento de los cursos de agua dulce a fin de fomentar la pesca deportiva, más que a un cultivo propiamente tal", explica Sergio Cortés.

 

La falta de experiencia en el ámbito acuicultor es consecuencia, entre otras cosas, de que aún no han sido definidas las áreas apropiadas para el ejercicio de la acuicultura, AAA, por parte de la Subsecretaría de Marina. De acuerdo con lo establecido en la Ley General de Pesca y Acuicultura y en el Reglamento de Concesiones y Autorizaciones de Acuicultura, cualquier tipo de actividad acuícola que se desarrolle en terrenos fiscales y que incluya el uso de porciones de agua y fondo, playa y terrenos de playa aledaños debe hacerlo en áreas autorizadas. No obstante, todavía no se han pronunciado al respecto. "Es importante aclarar, sin embargo, que las solicitudes pendientes para desarrollar proyectos de acuicultura en esta Región y también en la VII no serían más de diez, la mayoría de las cuales se sitúan en zonas estuarinas. Esto es muy diferente a lo que ocurre en otras regiones más australes del país, donde las solicitudes alcanzan varios cientos", asegura Marcelo Campos, jefe del Departamento de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca.

Lo anterior corre particularmente para los proyectos en terrenos fiscales; sin embargo, sí es posible cultivar especies en terrenos particulares. Pero ahí también hay problemas, ya que cualquier proyecto de esta índole requiere, para su funcionamiento, disponer de los derechos de aprovechamiento de aguas otorgados por la Dirección General de Aguas.

La falta de desarrollo de la actividad también se ha visto favorecida por la falta de instituciones de educación superior, especialmente universidades, que realicen investigación al respecto, estimulen el uso de determinadas tecnologías y provean a una incipiente industria de los conocimientos técnicos suficientes para desarrollar proyectos eventualmente exitosos.

 

Pese a todas estas dificultades, existen tres especies que se cultivan en estas regiones con relativo éxito. Se trata de la producción de "smolts" de salmón del Atlántico o salar, el cultivo del catfish o bagre de canal y la crianza de la rana chilena. Las dos primeras se cultivan en la VII Región, mientras que la tercera está presente en ambas regiones.

La producción de "smolts" está en manos de Salmones Colbún Ltda., empresa que opera desde hace más de diez años en el sector de "El Colorado", del lago Colbún. Si bien la empresa se inició con el cultivo de trucha "pan size" en 1987, por razones que obedecieron principalmente a las fluctuaciones del mercado, sus dueños decidieron en 1995 dejar la producción de trucha y comenzar con "smolts" para salar.

Actualmente tienen 220 estanques, con una capacidad de producción de 4 millones de "smolts" al año, la cual es vendida a dos empresas de la X Región. "Esperamos incrementar este número a cinco millones para la próxima temporada", asegura José Iracheta, gerente y socio de la empresa.

Por otra parte, el cultivo de catfish está en manos de un proyecto del Departamento de Acuicultura de Fundación Chile, con el apoyo del Fondo de Desarrollo e Innovación, FDI, de Corfo, y de la Cooperativa Eléctrica de Parral, Luzpar.

El proyecto en sí lleva cuatro años operando y tiene como objetivo final el desarrollo de la industria del catfish en la región por medio del cultivo extensivo, en lagunas de tierra, de esta especie para su venta en el mercado nacional.

 

Actualmente, el proyecto cuenta con un plantel de reproductores que hicieron su primer desove masivo: 80 mil alevines, 100% nacionales. Esto prueba que el pez se puede reproducir en el país y que no habrá problemas con el abastecimiento de juveniles para su engorda. También se está trabajando en la elaboración de una dieta nacional a partir de ingredientes nacionales que sea menos costosa que la de truchas.

 

 

En cuanto a la crianza de la rana chilena (que de acuerdo con la legislación chilena, no es un recurso hidrobiológico propiamente tal), se puede decir que, si bien constituye un nicho de mercado muy interesante en términos económicos, aún no se ha podido establecer un método de cultivo que sea 100% eficiente.

Según antecedentes de la Fundación para la Investigación Agraria, FIA, la producción actual de ranas en todo el país apenas satisface el 20% de la demanda nacional de la especie y se necesitarían cerca de 250 t anuales para que ésta quedara completamente satisfecha.

El mercado y la producción de la rana chilena están muy poco estructurados. Actualmente, los ranarios en Chile trabajan de manera artesanal y presentan un ciclo productivo de 2 ó 3 años. Dentro de los problemas más importantes que ha enfrentado este cultivo, está la incapacidad de los productores de alcanzar volúmenes importantes y estables en el tiempo, debido a la caza indiscriminada de la especie en épocas de reproducción y, en especial, debido al desconocimiento de tecnologías de manejo, alimentación, sanidad, control de enfermedades, cosecha, faena y la falta de investigación básica sobre su cultivo.

 

El camino por delante

 

Debido al éxito que esta actividad ha tenido en otras regiones, la VI está muy interesada en apoyar proyectos que le vayan dando cuerpo. Para ello es importante, antes que nada, que se aprueben las áreas apropiadas para el ejercicio de la acuicultura.

En la VII Región, por su parte, también hay consciencia de las autoridades regionales de otorgar a la acuicultura un lugar más relevante. Según la autoridad, uno de los fundamentos para apoyar este tipo de iniciativas, además de los factores de índole económico y social, es la sobreexplotación de los recursos bentónicos en el borde costero sur de la Región. Esto hace imperiosa la incursión de los pescadores artesanales en las faenas de cultivo.

 

En cuanto a las especies que podrían tener futuro en la zona, según el estudio "Identificación de Oportunidades en Acuicultura Rural entre las Regiones VI y IX", realizado por Fundación Chile, los salmónidos son cultivables en ambas regiones, aun cuando el óptimo se encuentra en la VIII y IX Regiones. También es factible iniciar un cultivo de pejerrey, especialmente en la VI, y extender el cultivo de catfish y rana chilena. De hecho, el proyecto catfish tiene contemplado expandirse a la VI Región y a la zona norte de la VIII.

Gracias a estas iniciativas es posible afirmar que, a mediano plazo, la historia de la acuicultura en la VI y VII Regiones podría dar un vuelco significativo para dejar atrás ese camino pedregoso por el cual ha transitado, desde hace más de tres décadas.


http://www.aqua.cl/revistas/n56/titular1.html

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