EEB o Mal de las Vacas Locas. Encefalopatía Espongiforme Bovina
Prevención en Chile desde 1990 a la fecha. Enfermedad Nerviosa del Ganado
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Anónimo Jueves 5 de Julio del año 2007 / 21:34

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La encefalopatía espongiforme bovina, EEB, o mal de las vacas locas

La encefalopatía espongiforme bovina (BSE en inglés) es una enfermedad nerviosa que afecta al ganado bovino. El primer caso informado en el Reino Unido fue en noviembre de 1986 y a partir de 1989 se identificaron casos en otros países de Europa. 

En la actualidad, la enfermedad se ha extendido a 23 países, afectando a miles de animales principalmente de Europa y, excepcionalmente, de Japón, Canadá y Estados Unidos.

En 1996 la EEB se asoció a la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ-nv) de humanos, de la cual, a la fecha, se han informado menos de 200 casos en el mundo, ninguno en Chile.

Se estima que la infección en humanos se habría producido por el consumo de tejidos nerviosos de riesgo provenientes de bovinos infectados con el agente de la EEB; éstos corresponden al cerebro, médula espinal, ojos, amígdalas, bazo e íleon distal.

Prevención

15 años previniendo el ingreso de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) a Chile

La encefalopatía espongiforme bovina (o mal de las vacas locas; BSE en inglés) es una enfermedad nerviosa que afecta al ganado bovino. El primer caso informado en el Reino Unido fue en noviembre de 1986 y a partir de 1989 se identificaron casos en otros países de Europa. En la actualidad, la enfermedad se ha extendido a 23 países, afectando a miles de animales principalmente de Europa y, excepcionalmente, en Japón, Canadá y Estados Unidos.

En 1996, la EEB se asoció a la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ-nv) de humanos, de la cual, a la fecha, se han informado menos de 200 casos en el mundo, ninguno en Chile.

Desde la aparición de la EEB en Europa, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ha adoptado todas las medidas recomendadas por los organismos de referencia internacional (Organización Mundial de Salud Animal, OIE, y la Organización Mundial de la Salud, OMS), para evitar el eventual ingreso de la enfermedad al país que pudiese poner en riesgo la salud humana y animal o bien, pudiese incidir en el comercio y consumo de productos y subproductos de origen bovino.

Los antecedentes epidemiológicos que el SAG dispone, permiten afirmar que nunca en Chile se han presentado casos de EEB en la población bovina nacional o en animales importados. Esto ha contribuido al desarrollo de Chile como país exportador de carnes rojas a diversos mercados del mundo, los cuales han evaluado positivamente la condición de país libre de EEB.

Ello ha sido posible en virtud de la estrategia desarrollada por el SAG, destinada a:

Mitigar o disminuir el riesgo de introducción de la enfermedad a través de la importación de bovinos vivos o ingredientes de origen animal, como las harinas de carne y hueso de origen rumiante (bovinos), desde países afectados por la enfermedad.

Establecer exigencias en los procesos de elaboración de harinas de carne y hueso de rumiantes y prohibiciones respecto de su uso para alimentación de rumiantes (bovinos, ovinos y caprinos).

En lo fundamental, el riesgo de ingreso está asociado a la importación de animales bovinos vivos desde los países afectados, así como de harinas de carne y hueso (HCH) de rumiantes contaminadas con el agente; por lo tanto, la primera medida adoptada fue prohibir las importaciones de estos productos desde países afectados, a la vez que se evaluó el riesgo de que el agente hubiese ingresado al país antes de 1991; los resultados de los análisis indicaron que la probabilidad era baja.

En función del riesgo, se han reforzado las acciones preventivas implementadas desde el inicio del problema, las que han apuntado a perfeccionar y adecuar la estrategia según los nuevos requerimientos y recomendaciones de los organismos internacionales especializados. Es así que, actualmente, la enfermedad es de denuncia obligatoria y está prohibido alimentar a los rumiantes con proteínas de rumiantes. Además se desarrolla un activo programa de vigilancia en predios, ferias y mataderos, con toma de muestras para diagnóstico de laboratorio.

La prevención de EEB desde 1990

A continuación se describen las principales medidas adoptadas por el SAG, en el marco del programa de prevención de EEB, a partir de 1990, las cuales se han actualizado en virtud de los nuevos antecedentes epidemiológicos e investigaciones científicas, que han significado un conocimiento mayor de la enfermedad.

Período 1990 - 2000

1990: se prohibió la importación a Chile de animales, productos y subproductos bovinos de riesgo desde países con EEB.

1991: se llevó a efecto una evaluación del riesgo cualitativo de EEB en el país, cuyo resultado indicó una muy baja probabilidad de presencia de EEB en Chile.

1996: se estableció la EEB como enfermedad de notificación obligatoria. Esto implica que los médicos veterinarios privados y los ganaderos deben notificar al SAG los cuadros clínicos compatibles con EEB.

1996 a 2000: se estableció, en todo Chile, un programa de vigilancia activa y pasiva de síndromes compatibles con EEB, a partir de muestras de cerebro de animales (bovinos, ovinos y caprinos) para diagnóstico histopatológico de las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), entre ellas EEB y Scrapie. Esto se realizó de acuerdo a los procedimientos indicados por la OIE, cuyos resultados mostraron ausencia de enfermedades espongiformes transmisibles.

2000: se prohibió la formulación, elaboración, distribución, venta y uso de alimentos y suplementos que contengan proteínas de origen rumiante, para la alimentación de rumiantes.

Período 2001 - 2003

El aumento de países con casos nativos de EEB en Europa a fines de 2000 e inicios de 2001, cambió el escenario mundial y Chile ajustó sus medidas preventivas, en virtud de que los consumidores, demostraban una especial sensibilidad frente a los temas de las enfermedades animales y, en particular, en lo que respecta a la inocuidad de los alimentos, que presentan peligro de afectar su salud. 

Frente a este nuevo escenario, el SAG adoptó medidas adicionales a objeto de:

manejar adecuadamente el riesgo de ingreso de la enfermedad al país y de minimizar la posibilidad de que el agente de la EEB, pueda incorporarse a la cadena alimenticia;

demostrar y comunicar la condición de país libre de EEB, situación que aparecía como una gran oportunidad para la apertura de nuevos mercados a los productos pecuarios.

Las principales actividades implementadas fueron:

El establecimiento de coordinaciones permanentes con autoridades de salud y otras organizaciones representativas del sector ganadero y académico.

La evaluación permanentemente de la situación epidemiológica y de las medidas de control adoptadas en Europa, mediante visitas técnicas a varios países y la participación en foros y encuentros técnicos del más alto nivel, entre los cuales destaca la Consulta Técnica sobre BSE (WHO/FAO/OIE).

Incentivar, en los ganaderos y médicos veterinarios, la denuncia de casos de cuadros nerviosos compatibles con la EEB y la atención del 100% de las denuncias, mediante un programa de capacitación de ganaderos, profesionales y técnicos del agro, tanto del sector público como privado.

Perfeccionamiento del programa de contingencia sanitaria, a implementar ante la eventualidad de la presencia de uno o más casos de EEB en el país, el que minimizaría los impactos de la enfermedad.

Perfeccionamiento de la coordinación y articulación internacional con los Servicios Oficiales de los países del cono sur de Latinoamérica, con el propósito de intercambiar y armonizar las medidas de prevención y protección del área. En este aspecto, Chile forma parte de la Comisión Permanente sobre Encefalopatías Espongiformes Transmisibles de los Animales (TSE) en Sudamérica, así como de la Representación Regional de la OIE para las Américas y del grupo de EEB del Comité Veterinario Permanente.

En este período se adoptaron, también, medidas que aportan a la estabilidad del sistema:

2001: todas las fábricas y establecimientos que procesen harinas de carne y huesos que contienen proteínas de rumiantes, deben cumplir con las recomendaciones de la OIE respecto del procedimiento para inactivar el agente de la EEB (partículas de un tamaño máximo de 50 mm antes de ser sometidas a tratamiento térmico de 133°C, por un mínimo de 20 minutos, a una presión de 3 bar). El cumplimiento de esta normativa se llevó a efecto a través de una exhaustiva fiscalización por parte del SAG.

2001: se fortaleció la fiscalización de la normativa que prohíbe el uso, elaboración, distribución y venta de alimentos que contengan proteínas de rumiantes en la alimentación de rumiantes (bovinos, ovinos, caprinos), en todos los puntos de la cadena de comercialización (plantas faenadoras, fábricas de alimento, distribuidores y locales de expendio).

2002: se realizaron muestreos en fábricas de alimentos, a través de la técnica ELISA-TEK, los que resultaron negativos a la presencia de proteínas bovinas y ovinas en los alimentos para bovinos, lo que coincide con el resultado de las supervisiones realizadas.

En este período se adoptaron, también, medidas que aportan a mitigar el desafío externo:

2001: se modificaron los requisitos sanitarios de importación de HCH de rumiantes y se exigió el proceso vigente antes indicado de temperatura, tiempo y presión, para las fábricas nacionales. En este contexto, se inició un proceso de visitas de habilitación de plantas elaboradoras del producto autorizadas para exportar a Chile, verificándose el cumplimiento de la normativa vigente.

2001: como medida precautoria se amplió la prohibición de importación de productos con tejidos de riesgo.

2001-2002: como medida sanitaria preventiva se eliminaron, mediante sacrificio sanitario, 64 animales bovinos importados desde Dinamarca en 1998. Esta medida se considera como de extrema precaución.

Período 2003 a la Fecha

La aparición del primer caso nativo de encefalopatía espongiforme bovina en Canadá, en mayo de 2003 y, posteriormente en Estados Unidos, desencadenó una serie de nuevos eventos en el programa de prevención de EEB del SAG, a objeto de fortalecerlo en función del riesgo que se planteaba para Chile. Es por esto que se incrementó la fiscalización de las fábricas de alimentos y se revisó la normativa del rubro, a objeto de adecuarla al nuevo escenario, junto con un esquema de vigilancia que respondiera a los nuevos desafíos planteados.

Un elemento fundamental que aporta, cualitativamente, a este escenario es la entrada en vigencia del Programa Oficial de Trazabilidad Sanitaria de Bovinos, así como las garantías que aporta, en cuanto origen y registros, el Programa de Planteles Animales Bajo Certificación Oficial Bovino (PABCO)

2003: Chile participa como integrante y beneficiario del proyecto FAO de Cooperación Técnica “Evaluación y reforzamiento del Sistema de Prevención de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) y del Sistema de Control de calidad de piensos”.

En este período se adoptaron, también, medidas que aportan a la estabilidad del sistema:

2003: caracterización nacional de fábricas y plantas elaboradoras de insumos, destinadas a la alimentación animal.

2004: se prohibió la alimentación con proteínas mamíferas a rumiantes.

En este período se adoptaron, también, medidas que aportan a mitigar el desafío externo:

2003-2005: se inició el rastreo e identificación de los animales y harinas de carne y hueso, importadas desde Canadá y Estados Unidos. Los predios supuestamente expuestos se encuentran bajo control oficial.

2004: se modificó la resolución que autorizaba la importación de bovinos y sus productos desde un listado de países, por otra basada en una evaluación de riesgo de esos países, reconociéndose su sistema de prevención.

2005: se inició un nuevo sistema de vigilancia sobre poblaciones de animales que presenten signos neurológicos o alteraciones en el comportamiento.

Laboratorio de Diagnóstico

Dentro de la estrategia de prevención, el soporte del laboratorio de diagnóstico oficial es crucial, así como en cualquier sistema preventivo. Por ello, desde el inicio del programa de muestreo de cerebros de bovino, el laboratorio progresivamente ha ido incorporando nuevas técnicas diagnósticas, recomendadas por las instancias normativas internacionales.

En cuanto al personal de diagnóstico del Laboratorio Oficial, existen cuatro profesionales ampliamente capacitados e idóneos en las técnicas diagnósticas para EEB, dos en el Laboratorio Central y uno en la X y XII regiones. Lo anterior se ha complementado con pasantías de los profesionales en varios laboratorios extranjeros (España, Inglaterra y Suiza) que participan del diagnóstico de la EEB en dichos países.

Se ha fortalecido el Programa de Vigilancia Activa y Pasiva, para lo cual se colectan muestras de animales en todo Chile. En este contexto, se ha validado las siguientes pruebas de diagnóstico: histopatología (1996), inmunohistoquímica (2000) y Westerblot (2001).



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