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Nuestra Historia...

Al norte de Santiago, rodeando la ladera norte del cerro el Roble, se encuentra el Fundo Santa Eliana de Vichiculén,  parte de la antigua  Hacienda Llay-Llay, en pleno Valle Del Río Aconcagua.

Desde el siglo XVII y hasta comienzos del XVIII, los propietarios de estas tierras fueron terratenientes que poseían otras tierras y ostentaban importantes cargos. En la primera mitad del siglo XVII, la Estancia de Llay-Llay, era propiedad del capitán Cristóbal de Ahumada, corregidor y alcalde de Quillota.

En 1754, compra la Estancia de Llay-Llay el general Alonso de Prado y Covarrubias, Corregidor de Colchagua, dueño de la Hacienda Pudahuel, descendiente de la casa imperial de los Incas. A su muerte la heredó su única hija Mariana, casada en 1770 con Juan José de la Morandé y del Solar. Este matrimonio tuvo 12 hijos.

Doña Mariana, viuda en 1803, divide esta hacienda entre sus hijos. En el sector noroeste del cerro El Roble, por donde pasaba el camino al norte y otro a Caleu, asiento de minas de oro, formó la hijuela Pichiculén (actual Vichiculén), asignada a Manuel, casado con Juana Fuentes Gilabert.

Vichiculén es una deformación de la voz indígena Pichiculén, que significa pequeño culén, árbol leguminoso  cuyas hojas sirven de sucedáneo del té. A la muerte de Manuel, Vichiculén es comprado por Agustín Vial Santelices, abogado, diputado, senador y ministro de hacienda de O`Higgins. En 1829 le encarga a su yerno Manuel Rengifo la administración del fundo; En 1833 Rengifo enviuda y se casa luego con Rosario Vial, hermana de su primera mujer, retirándose a vivir en Vichiculén. La actual casa del fundo es del tiempo de Rengifo.

La familia de Rengifo vendió Vichiculén a José Santos García Sierra, el que se casó en San Felipe con Mercedes Agüero Astorga, el cual hizo su fortuna como fundidor y dueño de la mina El Manantial de Catemu, comprando Vichiculén para explotar como monte de leña para sus hornos. A la muerte de don José, su esposa Mercedes lo hereda construyendo una iglesia en la hacienda inaugurada en 1861 y dedicada a la virgen del Carmen.

Hacia 1875, Vichiculén se encontraba entre las 25 propiedades agrícolas de mayor valor del país, por la eficiente administración de José y Wenceslao Letelier Sierra, quienes tenían en Aconcagua los Fundos de Santa Teresa y Las Mazas, minas de cobre en Las Coimas y la Hacienda de Aculeo.

Al morir Mercedes Agüero en 1875, fue  su heredero José Letelier, sobrino de su esposo quien trabajando en comunidad con su hermano Wenceslao continuaron con las minas a pesar de ser hacendados. En Aculeo fundían cobre, y en Vichiculén iniciaron la crianza de caballos, continuando el criadero en Aculeo, pero los vaqueros y el personal para las faenas era de Vichiculén  Estos hermanos dividen su patrimonio en 1879, quedando en poder de Wenceslao los fundos de santa Teresa y Las Mazas, más Vichiculén cedido por José para así quedarse con todo Aculeo.

Wenceslao Letelier introdujo variedades de trigo blanco y candeal, luego se plantaron frutales, se ensayó con uva de mesa y se iniciaron cultivos de cebolla  a mayor escala. Buscando ampliar mercados, Jenaro Prieto Hurtado, yerno de Wenceslao, envió uva de mesa a Estados Unidos en 1920, obteniendo gran éxito. Esta experiencia permitió la especialización de este valle en frutas de exportación.

En 1880 falleció don Wenceslao y lo heredaron sus hijas y doña Benigna Valdés Ortúzar, que formaron las familias Vial Letelier, Errazuriz Letelier, Prieto Letelier.

Josefina Letelier Valdés, casada con Joaquín Echenique Gandarillas conservó la Hijuela de Vichiculén, hacienda que en 1905 tenia 140 hectáreas de riego y más de 4 mil de cerros.

En 1923, traspasó Vichiculén a su hijo Joaquín y a su yerno Carlos Valdés Larraín. Vichiculén, después de un siglo en manos de los Letelier, fue comprado en 1980 por Francisco Soza  Cousiño, casado con Eliana Donoso, destacado ingeniero, fundador de una de las empresas constructoras de más larga existencia, presidente de la cámara Chilena de la construcción y ministro de la Corporación de Fomento , (CORFO) de Chile.

Don Francisco modernizó el fundo, amplió las plantaciones frutales, hizo eficientes obras de riego, las que antecedieron a los actuales sistemas de riego tecnificado, restauró las casas Patronales a mal traer después de los terremotos de 1965 y 1985. A su muerte, sus 10 hijos Soza Donoso  lo administran a través de la sociedad Agrícola e Inmobiliaria Montolín S.A., contando con toda la infraestructura necesaria para exportar uva de mesa, fruta redonda, paltos y cítricos al mundo

Productos

Duraznos                    

Nectarines                    

Uvas                    

Ciruelas                    

Limones                    

Paltas

Calidad

Nuestro Compromiso:

Mantener la confianza de nuestros clientes, a través de un permanente control de la calidad y sanidad de nuestra fruta y una mejora constante de nuestros procesos productivos.

Producir minimizando los efectos nocivos en el ambiente.

Reducir el uso de agroquímicos, mediante la adopción de un manejo integrado de cultivos.

Mantener una actitud responsable respecto de la salud, seguridad y capacitación de nuestros trabajadores.

De acuerdo con nuestra filosofía de trabajo, desde hace ya varios años, hemos adoptado el concepto de “Buenas Prácticas Agrícolas” y en nuestra central frutícola incorporamos “HACCP”.

Además hemos obtenido certificación en el protocolo Eurep-Gap y somos de los primeros de la zona en obtener certificación Tesco Nature's Choice.

Hemos implementado un completo sistema de Trazabilidad, que permite registrar y controlar los procesos por los que atraviesa la fruta, a fin de dar plena seguridad a nuestros clientes.

Cómo contactarnos...

Fundo Sta.Eliana de Vichiculén

Camino Las Masas S/N

Llay-Llay

Fono (56-34) 611150 - Fax (56-34) 613455

Planta Frutícola Vichiculén 

Panamericana Norte, Km.84,5

Llay-LLay 

 Fono (56-34) 611165 - Fax (56-34) 611121 

En Seragro todos pueden publicar. tomar precauciones basicas de seguridad para evitar estafas.

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